Perdido horizonte de vastos desiertos   
sobre arenas de hormigón y hierro.    
Artificiales soles iluminan verticales suelos.    
Sobrevive impune frente a la osadía,    
en su reto de ignorante gravedad,    
la desvaída naturaleza agreste    
desplazada al precipicio de su locura.    
Acróbatas de cambiantes mundos.    
Creadores de imposibles paisajes.    
Receptores de milagrosa nieve    
en calurosos belenes de oriente.
“Un contrato verbal no vale ni el papel en que está escrito”.    
Samuel Goldwyn    


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