Las Flores del Mal

Tal día como hoy, un 31 de agosto, moría Charles Baudelaire a la edad de 46 años. Hoy 143 años después me apetecía hacerle un pequeño homenaje con el que, para mí, sería su mejor epitafio. Un poema de las Nuevas Flores del Mal.

El Rebelde

Un Ángel furioso se lanza desde el cielo como un águila,
agarra fuerte los cabellos del descreído,
y dice, sacudiéndole: ¡Conocerás la ley!
(pues yo soy tu Ángel bueno, ¿entiendes?¡Y lo exijo!)

Sabes que es necesario amar, sin muecas de horro,
al pobre, al malo, al contrahecho, al necio,
para que puedas hacer a Jesús, cuando pase,
una alfombra triunfal de caridad.

¡Así es el Amor! Antes de que tu corazón se agote,
reaviva tu éxtasis en la gloria de Dios;
¡éste es el Goce verdadero de encantos duraderos!.

Y el Ángel, en tanto que castiga, ¡a fe mía! que ama,
con sus puños de gigante atormenta al anatema;
pero el condenado siempre responde: "¡No quiero!".

Charles Baudelaire

Charles llevo una vida de desenfreno lo que hizo que, primero los tribunales y después su madre, nombraran responsables de administrar la herencia del padre a su padrastro y más tarde un asesor, esto le condujo a una vida de penurias, miseria, enfermedad y algunas veces hambre. Durante ese tiempo tubo éxitos y fracasos, pero logró crear una obra extraordinaria que lo alzaría a la inmortalidad.
Quizá lo más conocido de el sea Las Flores del Mal, un compendio de poemas líbelos por los cuales el tribunal le condenó, incitado por Le Figaro, a una multa de 300 francos, aunque la emperatriz Eugenia de Montijo redujo a 50, por ultraje a la moral.
Sarah Brigthman nos relata esa azarosa epopeya que le tocó vivir.