Como de vez en cuando es bueno meter alguna otra cosa distinta, en esta y la próxima entrada os voy a sugerir dos postres similares a la “Panacota” y muy sencillos de hacer. También tendré que rentabilizar o, mejor dicho, no olvidar el curso de cocina, que me obligó a hacer el INEM, en el prestigioso restaurante Azul de Montearenas cuando aun lo regentaba Suso padre. Por supuesto esta es una invención mía* variante de la panacota.
Cerebro de Zombi:
250 ml. de nata para cocinar
250 ml. de leche semidesnatada
4 hojas de gelatina.
100 gr. de azúcar
Medio vaso de agua fría.
Sirope de fresa (no muy espeso).
Echamos en un recipiente el azúcar, la leche y la nata y la ponemos a calentar, removiendo para que no se pegue el azúcar al fondo ni se queme. La dejaremos hasta que comience a hervir.
Mientras se calienta la mezcla anterior picamos las hojas de gelatina en el medio vaso de agua fría y las diluimos moviéndolo todo hasta que no queden trozos. Si queda alguno da igual ya se deshará de todo mas tarde.
Cuando empiece a hervir incorporamos la gelatina deshecha y dejamos que hierva un poco mas, hasta que empiece a hacer espuma y se eleve.
Lo retiramos del fuego y llenamos un molde de silicona, nunca hasta el borde ya que crecerá un poco más. Dejamos que enfríe a temperatura ambiente una hora y después lo metemos al frigorífico unas 24 horas, si es más mejor.
Para servir sacamos unas cucharadas de la panacota, que no estará muy compacta pero tampoco deshecha, y las ponemos en un plato; quedará en trozos compactos y otros con una textura similar al yogurt. Le vertemos por encima un poco de sirope de fresa y ya tenemos nuestro cerebro de zombi listo para comer.
* Esto es lo que solemos decir los que nos metemos en cocina cuando, al intentar hacer algo ya creado, nos sale un churro y para quedar bien le ponemos nombre y lo maquillamos con alguna chorrada por encima. De apellido siempre le solemos poner nouvelle cuisine.
Y que mejor para animar este postre que los Cramberries y su tema Zombie…
Todos los poemas del blog están registrados, agrupados en un libro, bajo el título de "A las puertas del invierno, la muerte de los árboles" en el registro de la propiedad intelectual con el número LE-171.
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