Despierta la mañana
el día amanece
aborregado.
Nubes inciertas,
grises,
que amenazan agua.
Brilla el color
pero en nada iguala
la belleza de tu mirada,
ajena a la tristeza
del alba.
Queda,
apagada,
la noche llega
clara,
amarilla o dorada
y en nada puede,
la luz que escapa,
robar
la alegría de tu cara.
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