Tierra quemada

 

"La razón se hace adulta y vieja;  el corazón permanece siempre niño."

Ippolito Nievo

Como casi todas mis columnas empiezo con una cita. Uso la cita del día de mi blog e intento ajustar lo que escriba a esta frase o más bien la frase, por así decirlo, se ajusta a lo que tenía en mente y, a veces, esbozado ya. Cosa curiosa pero así es.

Escribo un nuevo post en nuestro grupo  de Facebook:
- “Leo en el Cultural de El Mundo que Borders se declara en bancarrota y cierra 200 de sus 650 librerías en EEUU. Barners & Noble aún vive gracias a que tuvo la buena idea de crear un lector y liarse con los e-book. Waterstone's, dice que las está pasando muy mal y ya huele a cadáver. En España Bertelsmann se ha quitado de encima las librerías Bertrand pasándoselas a Planeta. Pequeñas y grandes librerías de toda la vida van cerrando cada vez a una velocidad más vertiginosa ya que, según el cultural, los libreros devuelven cantidades enormes de invendidos. Lo mejor es la reflexión final: ‘Internet salvará el libro pero, ¿Quién salvará a las librerías?’”

Un compañero, Paco, me contesta a este comentario con dos:
-“El e-book será una moda pasajera. Quizás tardemos en acomodarnos 10 años, pero pasajero”.
-“El e-book no fomentará más la lectura por que eso se hace en la familia y en el colegio.”

A lo que le contesto y me reafirmo aquí, a fin de cuentas es de lo que va esta columna:
-“Decir eso es no querer aceptar la realidad. Tienes razón, el libro electrónico como lo conocemos hoy será una moda pasajera, y tiene razón también el cultural, Internet salvará el libro. ¿Te acuerdas aquel famoso tema de los Buggles ‘video killed the radio star’? Pues bien, el vídeo al final no mato a la estrella de la radio, es más, el formato de vídeo ha pasado por muchas modificaciones y la radio ahí sigue, con perdida de oyentes en su formato hertziano pero apuntada y ganando audiencia en otros medios, internet, tdt, etc.
El e-book también variará, cambiará, se reinventará a si mismo pero no va a morir, como tampoco lo hará el libro de toda la vida. El problema se centra en que lo que sí morirá es el intermediario, el librero."

“La razón se hace adulta y vieja”, el progreso no se detiene y la sociedad de consumo tampoco. Cada vez se interesa menos la industria por lo perdurable frente a lo perecedero y la cultura, queramos o no, está en manos de la industria. El formato “libro de papel” no interesa, está bien como venta para adorno de las librerías de las casas pero, ¿Dónde colocamos una librería en una casa de 40 metros cuadrados? Y si van desapareciendo esos muebles de nuestras casas ¿Para qué queremos los libros de papel "esos contenedores de polvo y ácaros"?.

Seamos sinceros ¿Cuántos de nosotros tenemos una radio en casa? -En casa, no en el coche-
¿Cuántos usamos el equipo de audio que nos costó un ojo de la cara en su día? -Si es que lo tenemos todavía, claro-
Muy pocos.

Y con los libros pasa lo mismo, otros formatos van a desbancar al de toda la vida por una sólo y sencilla razón, ser prácticos. No ha sido así y no lo es todavía porque, como muchas veces he dicho, y alguno de los de aquí sabréis de primera mano, no han sabido como proteger esa compra de un libro ¡Qué digo libro, una licencia! para que sea adquirida por un tiempo determinado e intransferible a nadie más. En cuanto lo consigan las editoriales será la muerte de las librerías, los distribuidores, los alquileres de locales, las imprentas, los quioscos, etc…

“El corazón permanece siempre niño”, con la ilusión de que sólo sea un mal sueño y al despertar  todo vuelva a su cauce.

Desgraciadamente en el mundo capitalista no imperan ni la razón ni el corazón y mañana simplemente será otro día más de lucha, donde pondremos en práctica los sueños de gloria que nos harán tener más poder que ayer, aún a costa de dejar atrás simplemente tierra quemada.

Así que empecemos a pensar que hacer para no quedar nosotros entre los escombros y poder enfrentarnos a esa poderosa máquina que parece invencible pero que, como todo, tiene su punto débil.